viernes, 22 de agosto de 2008

Despedida con mucho que agradecer

Sé que llego con retraso. Quedé con vosotros en escribir esta última entrada en el día de ayer, pero tal y como os comenté estaba reventado y lo de la noticia del accidente de barajas me dejó un tanto sobrecogido. Había salido del aeropuerto una hora y pico antes.
Quiero empezar comentando que la llegada fue perfecta. Ya he empezado a descansar (esto es cosa de días) y cómo veis nos pudimos reunir toda la familia, la de sangre, porque yo aquí metería a unos/as cuantos/as, y nos "jincamos" entre pecho y espalda una paella "pa" verla. Está claro que ya he vuelto a casa. A lo que decíamos durante el viaje que se acostumbra uno muy rápido. Veis, para los que no los conozcan, a mis padres, Carlos y Mercedes, a la izquierda, mis hermanas Elena y Ali a continuación, con sus respectivos churumbeles, Mercedes y David, a mi cuñado Antonio y al menda, el cual no necesita presentación.
Creo que después de esta presentación debo ir un poco al grano y me gustaría no dejar pasar esta última oportunidad para agradeceros infinitamente vuestra participación en el blog. Hace tiempo que me planteé lo de crear el blog, sobre todo para que mi familia supiera de mi, entre otras cosas porque yo no suelo llamar mucho y a veces es complicado encontrar los medios. Desde esto hasta lo que se ha convertido finalmente hay un abismo y a mi me emociona especialmente. Me he sentido muy acompañado, vuestros comentarios me han dado fuerzas en momentos en los que estaba más tristón, más cansado, me sentía solo, o simplemente tenía ganas de volver. Reconozco que este año todo ha sido más fácil por el blog. Ha sido un medio de comunicación increíble en la distancia.
Me ha acercado a mucha gente a la que quiero y que me ha demostrado muchas cosas. Reconozco que ni yo mismo pensaba que esto llegaría a lo que finalmente ha sido. Cuando empecé no sabía si iba a encontrar mucho tiempo para escribir. Pensaba que si escribía unas ocho o nueve veces estaría bien. Finalmente serán 27 entradas. Pero lo que más me gusta es saber que en 111 ocasiones alguien ha dedicado un poco de su tiempo para insuflarme fuerzas y decirme cosas especialmente cariñosas.
Quiero agradecer especialmente a los que han escrito comentarios, aunque me consta que sois muchos los que me seguíais y no los dejabais, por la razón que fuera. El contador del blog echa humo, flipo con el número total de entradas. Pero me quiero centrar en los que me han comentado en casi todas mis entradas. Y ellos son tres principalmente, mi hermano Fernando, Lourdes y Rosita, la del Xico. Muchas gracias, en serio. Y a aquellos amigos y compañeros, familia y alumnos a los que estaré eternamente agradecidos, entre ellos a multitud de anónimos a los que todavía no tengo localizados. Espero que sean ellos los que me lo vayan diciendo en su momento.
Bueno, dejo ya este tema porque seguro que alguno me acusará de pasteloso y quizá lo esté siendo pero es de bien nacido ser agradecido.

Ya para acabar quiero hacer caso a alguien muy especial que durante mi viaje me hizo una pregunta y me propuso responderla en el blog. Pensé que esta última entrada sería un buen momento. La pregunta era si podía resumir mi experiencia en una palabra y explicar por qué. Después de pensar durante un rato me di cuenta de que era imposible. Se me venían a la cabeza cuatro palabras, con las que si me sentía identificado. Y con la explicación de lo que siento voy a dar por terminado este blog que ha constituido un verdadero diario de mi viaje, un diario interactivo.
La primera palabra y que está perfectamente ilustrada con la foto que acompaña es la de LIBERTAD. Pues si, me siento libre, mentalmente libre. No tengo frenos ni barreras que me frenen en mis deseos de conocer el mundo y lo que pasa en él. No tengo miedo, si respeto, a muchas personas y a muchos lugares pero no miedo. El miedo nos atenaza y eso no me gusta. Es demasiado grande el mundo, son demasiadas las cosas buenas y malas que pasan en él como para esperar sentados que pasen delante de mi nariz. Salgo al encuentro yo. Mi madre dice que parió un culito de mal asiento. Yo creo que algo muy bueno hicieron porque ellos fueron los primeros que empezaron a darme la libertad suficiente para que mi cabeza volara. Os animo a que vuele, es maravilloso todo lo que podemos encontrar por ahí. Sobre todo en la gente, es la mayor fuente de conocimiento que hay. Podemos aprender muchísimo de sus virtudes y de sus vergüenzas. Son muchas las personas que alguna vez me dicen que les encantaría hacer esto o lo otro. Y yo me pregunto, ¿Qué coño te frena? Tú.

La segunda palabra es VIVO. Me siento vivo haciendo estos viajes. Llenando mis alforjas de experiencias humanas. Cada uno tiene sus gustos, y todos son respetables pero a mi no me gusta tirarme en una hamaca del Caribe, o me gustaría pero al tercer día necesito caña, y la caña me la da la gente. Aquella que te enseña algo, la que te enseña cómo son las cosas en este asqueroso planeta desigual. Aquella que te quita las vendas de los ojos. No nos engañemos, vivimos del carajo. Y a veces no nos damos cuenta. Yo necesito venir aquí para recargar pilas y darme cuenta de que a toda esta gente a la que conocí también le late el corazón como a nosotros. Reconozco que en este mes y medio he sentido cosas que no puedo describir fácilmente, pero ya las llevo conmigo. Yo me siento vivo viendo la cara de felicidad de niños que tienen una vida de mierda, mientras nosotros inundamos de regalitos a nuestros niños que no valoran ni un segundo lo que les llega a las manos. A mi eso me toca las pelotas, y perdón por las palabras pero no encuentro otras. Ponerlas vosotros si queréis. Y si creéis que estoy equivocado quitarle el móvil a cualquiera de nuestros niños, o a nosotros mismos. Se nos cae el mundo encima. Nuestras vidas están construidas sobre cosas materiales, y que conste que la mía la primera. Pero durante estas experiencias lo material no importa, importan otras cosas, y por eso disfruto tanto, y por eso ya pienso en el año que viene. Quiero seguir viviendo.

La tercera palabra con la que definiría mi viaje sería ALEGRIA. Quién dice que dentro de tanta necesidad uno no disfruta de la vida. Saben hacerlo, y tanto. No necesitan una Feria de Abril o unos Carnavales, para reírse de las cosas. Para encontrar lo alegre de la vida. Os aseguro que todo eso lo pueden hacer sin machacarle la vida a los demás y sin reírse de los defectos ajenos. Y si no que se lo pregunten aquí a cualquier gordito o feote, a ver que piensan de la mala leche que gastamos a veces.
Sin ánimo de irme por las ramas os diré que me lo he pasado genial. Que me he reído muchísimo, que algunas personas me han hecho sacar de mi lo mejor, lo que por vergüenza no sale habitualmente. Y lo que he visto me gusta. En eso tengo que seguir trabajando. La foto que veis es de Marisa. Una niña que en una hora y pico sólo sonrió en este preciso instante. El resto del tiempo tenía la mirada perdida, a pesar de que estuvieras diciéndole cosas u ofreciéndole galletas y chucherías. Qué cosas habrá vivido en sus cuatro añitos. Cualquiera sabe.
Para acabar, escogería como última palabra la COHERENCIA. Y a quién mejor que al Padre Pepe para ilustrarla. Es el mayor ejemplo de coherencia que conozco en mi vida. No creo que sea necesario hablar de él otra vez. Ya lo hice en ocasiones en este mismo blog. Yo creo que la gran mayoria me conoce y sabe a lo que me refiero con coherencia. No os voy a engañar ni quiero venderos la moto, mi moto. Me voy a Ámerica Latina porque pienso una serie de cosas, de nuestra forma de vivir, de nuestra forma de ser y de nuestra forma de relacionarnos. Pero pensar de esta forma y quedarme sentado en mi sofá me parece demagogo, y no quiero serlo. Intento ser lo menos egoista posible. Y sé lo que muchos me podrían decir: "¿Por qué no lo dejas todo y te vas a vivir de esa forma?". Porque no. A mi me tocó vivir en esta parte del mundo, y mucha suerte tengo, tenemos. Ellos ansían lo nuestro, yo me quedo aquí pero con los ojos muy abiertos y viviendo de la forma que yo considero más coherente con mis pensamientos. Yo no soy ningún Padre Pepe. Él si lo dejó todo. Yo soy mucho más egoista, pero soy consciente. Intento no pasarme demasiado y ser muy crítico. Y para ser verdaderamente crítico hay que conocer LOS DOS LADOS DE LA MONEDA.
HASTA SIEMPRE FAMILIA Y MUCHAS GRACIAS POR TODO.