miércoles, 23 de julio de 2008

Villas

Haciéndome eco de una petición del blog (ahí lo llevas hermanito) os hablaré un poquillo sobre el surgimiento de las villas, y de lo que significa vivir en ellas.
Las villas miserias o villas de emergencia surgen en la década de los 60 en Buenos Aires, aunque su máximo crecimiento se da en la década siguiente. Multitud de argentinos de las provincias pobres del norte (Salta, Chaco, Jujuy,...) e inmigrantes de Paraguay, Bolivia y Perú, países estos con un alto nivel de pobreza, van llegando a Bs As con la intención de trabajar en una ciudad donde el trabajo abunda en ese momento, y donde las condiciones políticas son favorables. A medida que van llegando se van instalando y tomando lugares que no estaban habitados, situados en la periferia de esta ciudad. De esta forma se van creando pequeños asentamientos, que en un principio eran muy tranquilos, ya que en su mayoría estaban poblados por personas de un entorno rural, con valores muy marcados.
Evidentemente este fenómeno se ha seguido produciendo, por lo que las villas han ido creciendo en número y en tamaño. Hace años, el ministerio de la vivienda numeró las distintas villas, aunque aquí alguna de ellas se sigue llamando por su nombre anterior, Villa Bajo Flores, Villa Soldati, etc... En la que yo estoy, Villa 21-24 y núcleo Zavaleta, viven fundamentalmente paraguayos, y una pequeña comunidad de bolivianos.
Con el paso del tiempo, y ante la llegada masiva de inmigración la fisonomía de la villa fue cambiando y se convirtieron en un foco de pobreza, marginación, delincuencia y drogas. Esto último ha hecho mucho daño porque ha degenerado la convivencia del barrio. Las bandas y los narcos controlan muchas villas, de ahí su peligrosidad.
La visión que tienen un porteño cualquiera de estas villas es de rechazo. Y es normal, en primera instancia, ya que los "villeros" se las traen en ocasiones. Usan armas y roban con total impunidad, sobre todo fuera de la villa. Así pues, se da con ellos una situación de rechazo como tenemos nosotros con los gitanos, aunque no son situaciones comparables.
Lo malo de todo esto es que cuando generalizamos solemos equivocarnos, y eso pasa en la villa también, como con los gitanos. Se generaliza y se mete en el paquete a mucha gente honrada, que va por la vida sin hacerle daño a nadie y que tienen que sufrir las consecuencias de todos aquellos que roban y matan. Y ahí está el problema. Los villeros, como se les conoce, no pueden decir que viven en la villa porque los echan de los trabajos. Gente honrada y trabajadora, que conste. Pero viven en la villa. Seguro que cualquiera puede encontrar un argentino que eche pestes de la villa y los villeros, pero estoy seguro que en muchas cosas coinciden con lo que piensan la gente honrada que vive en la villa. ¿O pensáis que a ellos les gusta vivir entre porquería, drogas y delincuencia? Venga hombre.
Creo que siempre es bueno conocer los dos lados, y en este caso la villa también es defendible. Aquí he visto como viven valores humanos que nosotros en el primer mundo tan egoista e individualista tenemos olvidados. Por eso creo que me gusta tanto, aunque tenga que vivir sin comodidades. Al fin y al cabo sólo van a ser unos días. Después volveré a mi sofá y a no cagarme de frio cuando me voy a duchar. Yo no soy ningún ángel, ni ningún santo como habéis comentado (y muchas gracias por vuestras palabras, por cierto) pero me gusta conocer el otro lado de la moneda y no quedarme en mi casa quejándome de lo mal que vivimos nosotros.
Sé que cuando vuelva no tardaré en meterme de nuevo en la dinámica de nuestro mundo y de nuestras vidas, pero algo queda. Ya quedó algo el año pasado. Y por eso estoy aquí.
Las villas es lo peor que yo ví jamás y eso que nosotros tenemos en Sevilla un lugar como las Tres Mil donde se dan estampas muy parecidas. Pensad en lo que opinamos de cualquiera que viva allí. Aunque no tengamos idea de cómo es su vida ya tenemos cierto rechazo sólo por el hecho de vivir allá. Aunque allá vivan miles de personas que valen la pena. Da igual.
Pues eso pasa aquí también con el tema de los villeros. Hay un rechazo impresionante, que evidentemente no les deja salir de esta marginación a los que verdaderamente lo pretenden.
Espero haberte contestado hermanito, pero ante cualquier duda o diferencia de opiniones aquí estoy.
Un abrazo a todos, y reitero que me gustaría saber de quién vienen algunos comentarios anónimos del blog. Por curiosidad. Algunos no sé de quien son.