viernes, 1 de agosto de 2008

Hogar de chicos en Resistencia

Os comento en esta entrada sobre el lugar donde estoy durmiendo en esta etapa de nuestro viaje. Los tres voluntarios que tenemos aquí están durmiendo en el hogar de chicas, donde había una pequeña pieza (habitación) donde los tres cabían. No es normal que un varón duerma en un hogar de chicas, y más teniendo uno de chicos pero el voluntaio lo solicitó y no le pusieron problemas. Cuando yo he llegado no cabía allí y tampoco querían que otro hombe se quedará por lo que nos ofrecieron irnos ambos al de chicos. Yo me instalé allí pero el otro voluntarioo presionó para no tener que recoger todas sus cosas y pasarse a otro lugar, teniendo en cuenta que yo sólo voy a estar unos días. No hubo problema, por lo que me fui.



Os enseño algunas fotos del hogar de chicos. Primero de la pieza donde duermo junto a otros cinco chavales de entre 8 y 11 años aproximadamente. Tengo que deciros que la sensación de dormir en uno de estos hogares es increible. Nunca sentí nada parecido.

Estos chicos, unos doce ahora mismo en el hogar, se encuentran aquí por orden judicial. Cada uno por una problemática diferente, pero la mayoría relacionada con problemas de los padres. Algunos porque sus padres se murieron y están solos. Otros porque su padre es borracho y la madre está muerta. Otros por abusos sexuales,... Lo cierto es que no tienen historias muy lindas que digamos. Pero son niños que se les ve que necesitan y reclaman mucho cariño. Desde que los conocí no paran de decime que no me vaya, que esté con ellos, y se te abrazan rápido. Me llama mucho la atención que te cuentan su historia relativamente fácil, incluso los mayores (hay algunos de hasta 18 años).



Como decía antes las sensaciones a la hora de dormir son muy extrañas, nuevas para mi. Tiene que ser duro para ellos. La verdad es que no tengo ni puta idea de cómo se tienen que sentir. Ayer tardé casi dos horas en dormirme. Uno de ellos hablaba solo en sueños. Y yo no paraba de darle vueltas a la cabeza. Me sentí mal por un lado y po otro lado afortunado de poder vivir y sentir mínimamente lo que viven estos chavales todos los días. No sé si entendereis lo que digo de afortunado pero dándole vueltas a la cabeza sientes demasiadas cosas. Lo que tengo claro es que cada día, y a pesar del cansancio que ya empiezo a notar y de las molestias de la rodilla, no me arrepiento para nada de estar aquí.



Como veis las duchas no son muy agradables, se te quitan las ganas de ducharte pero uno ya ha visto tantas así que se acostumbra. No se aprecia tanto en la foto pero mierda tienen para parar tres trenes.


Esta mañana al poco de levantarme me di cuenta de que hay un gimnasio junto al hogar. Así que hablé con el dueño y pagando por día 60 céntimos de los nuestros, podré usarlo para hacer mis ejercicios de rodilla. Son pocos días pero espero que me vengan bien. Seguro.


Por último os muestro la foto del almacén del hogar donde tengo mis cosas. Es el único lugar en el hogar que tiene llave. Si dejara mis cosas junto a mi cama me volvía a España nadando. Son niños que han vivido mucho tiempo en la calle antes de que los llevaran al hogar y algunas cosas se aprenden poco a poco. Si les ponen el caramelo en la boca lo cogen, anda que si lo cogen.
No puedo tener mi ropa fuera, pero por lo menos es seguro. Es gracioso cuando me pongo a cambiarme.
Por cierto, ayer no pude ir a Corrientes, po lo que ya en el fin de semana sacaré un tiempillo. Hasta pronto, familia.