viernes, 22 de agosto de 2008

Despedida con mucho que agradecer

Sé que llego con retraso. Quedé con vosotros en escribir esta última entrada en el día de ayer, pero tal y como os comenté estaba reventado y lo de la noticia del accidente de barajas me dejó un tanto sobrecogido. Había salido del aeropuerto una hora y pico antes.
Quiero empezar comentando que la llegada fue perfecta. Ya he empezado a descansar (esto es cosa de días) y cómo veis nos pudimos reunir toda la familia, la de sangre, porque yo aquí metería a unos/as cuantos/as, y nos "jincamos" entre pecho y espalda una paella "pa" verla. Está claro que ya he vuelto a casa. A lo que decíamos durante el viaje que se acostumbra uno muy rápido. Veis, para los que no los conozcan, a mis padres, Carlos y Mercedes, a la izquierda, mis hermanas Elena y Ali a continuación, con sus respectivos churumbeles, Mercedes y David, a mi cuñado Antonio y al menda, el cual no necesita presentación.
Creo que después de esta presentación debo ir un poco al grano y me gustaría no dejar pasar esta última oportunidad para agradeceros infinitamente vuestra participación en el blog. Hace tiempo que me planteé lo de crear el blog, sobre todo para que mi familia supiera de mi, entre otras cosas porque yo no suelo llamar mucho y a veces es complicado encontrar los medios. Desde esto hasta lo que se ha convertido finalmente hay un abismo y a mi me emociona especialmente. Me he sentido muy acompañado, vuestros comentarios me han dado fuerzas en momentos en los que estaba más tristón, más cansado, me sentía solo, o simplemente tenía ganas de volver. Reconozco que este año todo ha sido más fácil por el blog. Ha sido un medio de comunicación increíble en la distancia.
Me ha acercado a mucha gente a la que quiero y que me ha demostrado muchas cosas. Reconozco que ni yo mismo pensaba que esto llegaría a lo que finalmente ha sido. Cuando empecé no sabía si iba a encontrar mucho tiempo para escribir. Pensaba que si escribía unas ocho o nueve veces estaría bien. Finalmente serán 27 entradas. Pero lo que más me gusta es saber que en 111 ocasiones alguien ha dedicado un poco de su tiempo para insuflarme fuerzas y decirme cosas especialmente cariñosas.
Quiero agradecer especialmente a los que han escrito comentarios, aunque me consta que sois muchos los que me seguíais y no los dejabais, por la razón que fuera. El contador del blog echa humo, flipo con el número total de entradas. Pero me quiero centrar en los que me han comentado en casi todas mis entradas. Y ellos son tres principalmente, mi hermano Fernando, Lourdes y Rosita, la del Xico. Muchas gracias, en serio. Y a aquellos amigos y compañeros, familia y alumnos a los que estaré eternamente agradecidos, entre ellos a multitud de anónimos a los que todavía no tengo localizados. Espero que sean ellos los que me lo vayan diciendo en su momento.
Bueno, dejo ya este tema porque seguro que alguno me acusará de pasteloso y quizá lo esté siendo pero es de bien nacido ser agradecido.

Ya para acabar quiero hacer caso a alguien muy especial que durante mi viaje me hizo una pregunta y me propuso responderla en el blog. Pensé que esta última entrada sería un buen momento. La pregunta era si podía resumir mi experiencia en una palabra y explicar por qué. Después de pensar durante un rato me di cuenta de que era imposible. Se me venían a la cabeza cuatro palabras, con las que si me sentía identificado. Y con la explicación de lo que siento voy a dar por terminado este blog que ha constituido un verdadero diario de mi viaje, un diario interactivo.
La primera palabra y que está perfectamente ilustrada con la foto que acompaña es la de LIBERTAD. Pues si, me siento libre, mentalmente libre. No tengo frenos ni barreras que me frenen en mis deseos de conocer el mundo y lo que pasa en él. No tengo miedo, si respeto, a muchas personas y a muchos lugares pero no miedo. El miedo nos atenaza y eso no me gusta. Es demasiado grande el mundo, son demasiadas las cosas buenas y malas que pasan en él como para esperar sentados que pasen delante de mi nariz. Salgo al encuentro yo. Mi madre dice que parió un culito de mal asiento. Yo creo que algo muy bueno hicieron porque ellos fueron los primeros que empezaron a darme la libertad suficiente para que mi cabeza volara. Os animo a que vuele, es maravilloso todo lo que podemos encontrar por ahí. Sobre todo en la gente, es la mayor fuente de conocimiento que hay. Podemos aprender muchísimo de sus virtudes y de sus vergüenzas. Son muchas las personas que alguna vez me dicen que les encantaría hacer esto o lo otro. Y yo me pregunto, ¿Qué coño te frena? Tú.

La segunda palabra es VIVO. Me siento vivo haciendo estos viajes. Llenando mis alforjas de experiencias humanas. Cada uno tiene sus gustos, y todos son respetables pero a mi no me gusta tirarme en una hamaca del Caribe, o me gustaría pero al tercer día necesito caña, y la caña me la da la gente. Aquella que te enseña algo, la que te enseña cómo son las cosas en este asqueroso planeta desigual. Aquella que te quita las vendas de los ojos. No nos engañemos, vivimos del carajo. Y a veces no nos damos cuenta. Yo necesito venir aquí para recargar pilas y darme cuenta de que a toda esta gente a la que conocí también le late el corazón como a nosotros. Reconozco que en este mes y medio he sentido cosas que no puedo describir fácilmente, pero ya las llevo conmigo. Yo me siento vivo viendo la cara de felicidad de niños que tienen una vida de mierda, mientras nosotros inundamos de regalitos a nuestros niños que no valoran ni un segundo lo que les llega a las manos. A mi eso me toca las pelotas, y perdón por las palabras pero no encuentro otras. Ponerlas vosotros si queréis. Y si creéis que estoy equivocado quitarle el móvil a cualquiera de nuestros niños, o a nosotros mismos. Se nos cae el mundo encima. Nuestras vidas están construidas sobre cosas materiales, y que conste que la mía la primera. Pero durante estas experiencias lo material no importa, importan otras cosas, y por eso disfruto tanto, y por eso ya pienso en el año que viene. Quiero seguir viviendo.

La tercera palabra con la que definiría mi viaje sería ALEGRIA. Quién dice que dentro de tanta necesidad uno no disfruta de la vida. Saben hacerlo, y tanto. No necesitan una Feria de Abril o unos Carnavales, para reírse de las cosas. Para encontrar lo alegre de la vida. Os aseguro que todo eso lo pueden hacer sin machacarle la vida a los demás y sin reírse de los defectos ajenos. Y si no que se lo pregunten aquí a cualquier gordito o feote, a ver que piensan de la mala leche que gastamos a veces.
Sin ánimo de irme por las ramas os diré que me lo he pasado genial. Que me he reído muchísimo, que algunas personas me han hecho sacar de mi lo mejor, lo que por vergüenza no sale habitualmente. Y lo que he visto me gusta. En eso tengo que seguir trabajando. La foto que veis es de Marisa. Una niña que en una hora y pico sólo sonrió en este preciso instante. El resto del tiempo tenía la mirada perdida, a pesar de que estuvieras diciéndole cosas u ofreciéndole galletas y chucherías. Qué cosas habrá vivido en sus cuatro añitos. Cualquiera sabe.
Para acabar, escogería como última palabra la COHERENCIA. Y a quién mejor que al Padre Pepe para ilustrarla. Es el mayor ejemplo de coherencia que conozco en mi vida. No creo que sea necesario hablar de él otra vez. Ya lo hice en ocasiones en este mismo blog. Yo creo que la gran mayoria me conoce y sabe a lo que me refiero con coherencia. No os voy a engañar ni quiero venderos la moto, mi moto. Me voy a Ámerica Latina porque pienso una serie de cosas, de nuestra forma de vivir, de nuestra forma de ser y de nuestra forma de relacionarnos. Pero pensar de esta forma y quedarme sentado en mi sofá me parece demagogo, y no quiero serlo. Intento ser lo menos egoista posible. Y sé lo que muchos me podrían decir: "¿Por qué no lo dejas todo y te vas a vivir de esa forma?". Porque no. A mi me tocó vivir en esta parte del mundo, y mucha suerte tengo, tenemos. Ellos ansían lo nuestro, yo me quedo aquí pero con los ojos muy abiertos y viviendo de la forma que yo considero más coherente con mis pensamientos. Yo no soy ningún Padre Pepe. Él si lo dejó todo. Yo soy mucho más egoista, pero soy consciente. Intento no pasarme demasiado y ser muy crítico. Y para ser verdaderamente crítico hay que conocer LOS DOS LADOS DE LA MONEDA.
HASTA SIEMPRE FAMILIA Y MUCHAS GRACIAS POR TODO.

lunes, 18 de agosto de 2008

De vuelta en la villa

Pues si, las aventuras y desventuras del Dani viajero van tocando a su fin. Os escribo ya desde Buenos Aires. Llegué ayer al mediodía tras 21 horas de viaje. Toda una odisea. Tengo que reconocer que estoy muerto, muy cansado. El cuerpo no me llega ya a las cuatro de la tarde. Ahí comienzo a tener sueño y a pesarme las piernas, muy flacas por cierto.
El día de mi vuelta a Bs As fue un día que recordaré por siempre por muchos motivos, pero el que viene a cuento ahora es por lo complicado del traslado. Comenzó a las 4:30 de la tarde en Ciudad del Este (Paraguay). Tenía que estar en Puerto Iguazú a las 7:30 porque a esa hora salía mi omnibus que me llevaría hasta Bs As. Para llegar hasta aquí tenía que pasar de Ciudad del Este a Foz de Iguazú en Brasil y de aquí pasar a Argentina. Una odisea porque la frontera entre Paraguay y Brasil es un poco caos. Ciudad del Este es una ciudad que impone. Da un poquillo de respeto, la verdad. Cuando me quedé sólo, agarré una moto-taxi que me llevara al puente de la amistad (puente sobre el Paraná que es frontera natural entre los dos países). Tenía miedo a que el tío que me llevaba tirara hacia otro lado así que me orienté como pude y decidí que si se metía por algún sitio raro me tiraba de la moto y listo (ya sé,he visto muchas películas). Todo fue bien y en pleno puente agarré un colectivo que me llevo a Foz de Iguazú. Tras una espera de 45 minutos llegó otro colectivo que me llevaba a Puerto Iguazú en Argentina. Tras pasar por aduana y llegar a la terminal me dirigí al hostel donde dormimos y recogí mis cosas, y para Bs As.
Tras un viaje de casi 19 horas llegue a la villa. El omnibus se retraso porque algo pasaría pero la policía registró nuestro autobús y nuestras maletas.
El día de hoy está siendo muy movido, demasiado para lo reventado que estoy ya. Pero la experiencia está siendo la leche. Jamás vi una procesión por una vía del tren, con una misa interrumpida por el paso de un tren. Esto es surrealista pero así trabajan los curas aquí, no hay obstáculos, por eso enganchan de la forma que lo hacen.
Bueno familia, sé que sois menos porque estáis de vacaciones y esto se va acabando. Mañana salgo ya para España. Llegaré a mi destino el miércoles sobre las 10 de la noche, donde espero cenar con toda mi familia. Ya estoy loco por llegar. Pero me gustaría citaros a todos los que me seguís durante este viaje a una última entrada que haré cuando ya esté en mi tierra. Será el miércoles noche o jueves por la mañana. Me comprometo porque es mucho lo que quiero deciros. Os pido una última vez porque os la debo.

sábado, 16 de agosto de 2008

Maravilla en Iguazú

Los días pasan volando y ya estamos en Iguazú. Ya estuve el año pasado pero esto puede verse mil millones de veces si fuera posible. Es una maravilla, y más teniendo en cuenta que este año el río Iguazú bajaba con mucha más agua, y merecía la pena verlo. Lo único malo es que al traer más fuerza el río el vapor de agua que queda en suspensión es mucho mayor, por lo que en las fotos sale como una especie de polvillo que enturbia la imagen, pero bueno tampoco es para tanto.
El viaje hasta Iguazú fue bastante entretenido, original y lleno de anécdotas. Los planes que hicimos al principio fueron cambiando sobre la marcha pero todo salió a pedir de boca. Os cuento rápidamente porque tengo poco tiempo. Salimos a las 4:30 de la mañana de Katueté. Salimos pensando en coger un autobus que nos llevara a Itaipú, la mayor presa del mundo en generación de energia eléctrica, pero el primer cambio de planes se produjo cuando agarramos un taxi colectivo. Este tipo de transporte es muy común aquí y consiste en un coche taxi en el que va subiendo gente hasta que se llena. En el nuestro viajamos seis personas y todas las maletas por lo que el viaje se puede considerar, de nuevo en Paragauay, como una odisea.
Al grano, estuvimos unas tres horas allí y visitamos la presa que es inmensa. Tras esto cogimos un nuevo colectivo que nos llevó a Foz de Iguazú en Brasil. Desde aquí teniamos que coger otro colectivo que nos llevara a Puerto Iguazú en Argentina. De esta forma en el transcurso de una hora y media pasamos por dos fronteras y estuvimos en tres países diferentes (Paraguay, Brasil y Argentina). Una pasada.

Al mediodía, Elena y yo llegamos a Iguazú y nos trasladamos al hostel donde estamos durmiendo. Acogedor y como si nos sintiéramos en casa. Visitamos por la tarde tres fronteras (punto desde donde se divisan las fronteras de los tres países, justo en los límites del río Iguazú y Paraná) y recorrimos un poco el pueblo para tomar contacto. En este tiempo sólo destacar otra impresionante tormenta que cayó sobre nuestras cabezas. De nuevo empapados a casa (pero como siempre muy contentos y partiéndonos de risa).

En el día de hoy hemos visitado ya las cataratas, concretamente las del lado argentino. Una maravilla, que os voy a decir, pero bueno aprovecharé la ocasión para que sea alguien que no las vio nunca quien os comente que le pareció. Os habla Elena: "Hola a todos. Soy Elena, la voluntaria que está en Katueté. Como ya os ha ido contando Dani nuestras aventuras y desventuras, yo paso a transmitiros mis impresiónes sobre el día de hoy. Lo voy a definir como "grandioso". Es increíble lo que es capaz de hacer la naturaleza. Lugares como este son los que te hacen sentirte insignificante a su lado. Además, debo añadir que he tenido el mejor guía de todo el parque: el autor de este blog. Bueno, me despido de vosotros y le vuelvo a ceder el puesto a mi amigo. Hasta pronto y encantada de conoceros".
Bueno familia. Me pondré en contacto con vos ya desde Buenos Aires, adonde viajaré mañana por la tarde. Llegaré al día siguiente al mediodía. Ya os comunico como transcurren las últimas horas de mi viaje.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Andando por Katueté

Comienzo contando mínimamente nuestro viaje de Asunción a Katueté. En primer lugar deciros que nos subimos sin billete al autobús, ya que llegamos sobre la hora. Todos los billetes estaban vendidos y el chofer nos hizo el favor de dejarnos subir, cobrándonos el viaje claro, pero yendo de pie. Como veis en la foto no éramos los únicos. Al ser los primeros que nos subimos sin billete pudimos irnos al final del bus donde podíamos alternar estar sentados en el suelo, de pie o en una estructura muy estrecha que nos permitía ir sentados pero en una posición un tanto incómoda. El viaje duró un total de seis horas. La última la pudimos hacer ya sentados cómodamente al irse bajando gente. Gracias a Dios. Nuestras columnas lo agradecieron.
La imagen muestra a una vendedora de chipa (pan paraguayo con queso). Durante el viaje se van subiendo vendedores de este tipo y van pasando con la mercancía como pueden entre las personas que viajan de pie.
Finalmente llegamos a Katueté sanos y salvos, y al día siguiente ya pudimos comenzar de nuevo la faena. Creo que ya lo he dicho pero en Katueté me siento en la gloria. Nunca viví en un lugar parecido. Ya os contaré en España una cosilla que se me está pasando por la cabeza respecto a este lugar. Si no fuera por muchas razones y personas... me quedaba.
El día a día en Katueté comienza temprano, concretamente a las seis de la mañana. Hay que tener en cuenta que los horarios aquí son diferentes debido a la salida del sol y al ocaso, y a las costumbres del país. Se desayuna muy temprano, como puede ser en España, pero se almuerza a las doce, doce y media de la mañana. Por lo que si algún día te levantas más temprano se juntan ambas comidas. Se cena sobre las siete ocho de la tarde.
Los horarios de apoyos escolares están condicionados, por tanto, a estas horas de comida. Yo me voy amoldando al trabajo que realiza Elena, la voluntaria aquí. Empezamos a las 7 de la mañana y acabamos a las once y media. En ese tiempo estamos con los niños que presentan más dificultades de los cursos inferiores del colegio. Hay que tener en cuenta que los apoyos, los refuerzos, las aulas de integración, etc...son ciencia ficción aquí. Pues ahí entramos nosotros.

Las fotos que veis son de casas que se encuentran en los alrededores del colegio. Son muy humildes pero, lo cierto, es que también encontramos casas bastante buenas. Katueté es un pueblecillo que se encuentra cerca de la frontera con Brasil. La separa el río Paraná. Posiblemente vayamos mañana a verlo, pero depende del tiempo. Al estar tan cerca de la frontera son muchos los brasileños que han emigrado hasta aquí para vivir en un lugar que al ser Paraguay es mucho más barato, donde pueden comprar tierras baratas para cultivar maíz o soja, y construirse viviendas mucho más baratas. Esta diferenciación se nota mucho. Te encuentras casas muy humildes de paraguayos con chalecillos interesantes de los brasileños. Es por ello por lo que aquí se hablan tres idiomas: español, guaraní y brasilero. Un cacao en algunos apoyos porque algunos niños no te entienden al hablar, si llevan poco tiempo aquí.

Por las tardes hacemos otro apoyo en un local social junto a una capilla que hay en un barrio de casas muy humildes (ver segunda foto) y a la que van entre quince y veinte niños de ese barrio. Son todos paraguayos y encantadores. Nobles, cariñosos. Muy educados y respetuosos. Qué gustazo de niños. El resto del tiempo del día lo dedicamos a conocer y pasear por Katueté. No es mucho porque también se hace muy pronto de noche, a las cinco de la tarde. Pero se aprovecha para disfrutar de cosas que allí en Sevilla son imposibles como ver estrellas y cielos espectaculares. Por fin pude ver con claridad la Cruz del Sur, que sólo se puede ver en el hemisferio sur. Tengo fotos pero no están muy claras, no son muy profesionales que digamos.
En esta última foto se aprecia la llegada de una tormenta. Aquí son habituales. Dicen que en Katueté se pueden dar las cuatro estaciones en un mismo día, y tanto, porque hoy ha hecho un calor de demonios, y fresquillo durante la lluvia. Esta tormenta nos cayó encima porque nos dio por dar un paseo por un lugar lejano y no conocido aún cayendo la lluvia. Llegamos empapados pero disfrutamos los dos como enanos.
Ya me quedan pocas horas en Katueté. El tiempo avanza rápidamente y sólo me queda el día de mañana aquí. El jueves saldremos a primera hora de la mañana para Itaipú. La presa más grande del mundo, hasta que los chinos acaben la suya, que creo que les queda poco. Al parecer es un lugar que merece la pena visitar, y además el año pasado Luis y yo lo dejamos en el tintero. Desde allí nos dirigiremos a Iguazú, donde veremos las cataratas desde el lado argentino y brasilero. Por casualidad vamos durante los cuatro días al mes en los que se pueden visitar las cataratas de noche debido a que hay luna llena. Dicen que es muy bonito. Lo veremos evidentemente. El sábado se acabará la historia y me dirigiré hacia Bs As, donde pasaré los dos últimos días y volveré a España. Para mí es como si hubiera pasado una eternidad. En algunos momentos me da mucha pena de irme. Algo se queda de mi aquí tras este viaje.
Espero ponerme en contacto con vosotros desde Iguazú, aunque sea algo cortito. Seguro que si.
Saludos blogeros. Y por cierto, buenas vacaciones a todos, que sé que ahora también os estáis moviendo muchos.

domingo, 10 de agosto de 2008

Asunción

Os cuento un chiste. "Dicen que un español le enseña un río a un argentino, y éste al verlo le comenta al español: A cualquier cosa le llamáis un río. El español medio enfadado le contesta: y vosotros a cualquier cosa le llamáis catedral".


Pues si, esto que veis es la catedral de la ciudad de Asunción, capital del Paraguay. Evidentemente cuando te mueves por distintas ciudades de Sudamérica, y yo ya llevo seis, te das cuenta que llaman catedral a iglesias que a cualquiera de nosotros nos parecen pequeñas. Pero son las que tienen, y muy bonitas que son algunas. Lo que ocurre es que es absurdo entrar a compararlas con las que podamos encontrar en Europa.
Estos dos últimos días nos hemos dedicado a conocer la ciudad y hemos entrado en una villa, Limpio, donde tienen un colegio las teresianas y donde Fundeo tiene o ha tenido proyectos.
Ayer por la mañana y tras descansar debidamente recorrimos el centro histórico de la ciudad de Asunción.

Estos días son especiales aquí en el Paraguay, y más concretamente en la capital, ya que el próximo día 15 jurará el cargo de presidente del gobierno el ex-obispo Fernando Lugo. Digo ex porque para presentarse a las elecciones tuvo que abandonar la iglesia. Arrasó en las elecciones y se nota porque el pueblo está con él. Tienen mucha esperanza en un hombre que siempre curró desde su puesto en la iglesia por la gente de la calle, en la calle, con ellos, como se conocen verdaderamente lo que sufren y viven diariamente. La Iglesia paraguaya está dividida en este momento. Hay una parte conservadora que echa pestes de él por pasarse a la política, y otra más abierta que le apoya incondicionalmente porque ven en él una cura de la calle, que conoce los problemas del país desde abajo y que sabe que no se va a vender a las mafias. Yo vi una foto de él por primera vez en España, después el padre Pepe en Bs As ya me habló de él porque me enseñó una foto que se hicieron ambos cuando Lugo visitó la villa 21, que como sabéis es de paraguayos.
Ojalá la cosa mejore porque la sensación que da el país y lo que puedes hablar con su gente es de pobreza y, lo peor, aceptación de la realidad que tienen, lo que les lleva a la apatía. Hay mucha gente que no mueve un dedo para trabajar. Les falta un gran empujón para salir adelante. Nos comentan que es una de las características de la pobreza. Que te lo crees, que te va anulando como persona y finalmente aceptas tu condición de pobre y te quedas quieto. No hay ilusiones, ni les motiva el luchar por nada porque saben que nada va a cambiar. Es gente sin autoestima ni confianza en ellos mismos. Todo esto hace más difícil que el país salga adelante, pero ahora tienen una esperanza. A partir de ahora y con más conocimiento de causa seguiré desde España la realidad paraguaya.






Si os fijáis en la foto de arriba veréis el edificio del congreso, lugar donde Lugo va a pronunciar su discurso de investidura, y donde posteriormente saludará a las personas, miles, que se van a congregar para celebrarlo. Si os fijáis bien veréis que le están haciendo un buen lavado de cara con pintura porque, la verdad, estaba un poco "cascao".


Lo que impresiona es que justo detrás del edificio hay un pequeño paseo que da al río Paraguay. Bueno pues al asomaros la vista que veis es lo que muestra la foto de vuestra izquierda. Una villa. El máximo poder y la miseria y marginación juntitos. Aquí no se tapa nada. No importa. Ésta es la realidad de Sudamérica. Ni más ni menos. Y por eso choca tanto.


El palacio que muestra la foto es el palacio del gobierno, no el presidencial, del que no me acuerdo su nombre. Estoy seguro que vais a perdonar mi olvido. Por cierto, Lugo ha decidido que no va a vivir en el palacio presidencial, nuestra Moncloa, lugar donde viven los presidentes de ese país.







Os subo por último una foto del lugar donde tienen enterrados a los héroes caídos de la patria paraguaya. Es un edificio bastante bonito y que tiene una guardia permanente del ejército del país. Aquí están enterrados antiguos presidentes y generales importantes.

Bueno, pues espero que os hayáis hecho una pequeña idea de lo que es el centro de Asunción. La periferia es otro mundo. Yo me imaginaba, de todas formas, que esta ciudad iba a ser más peligrosa pero no es así, o por lo menos no es la sensación que me da, y eso que Elena y yo nos hemos movido bastante solos. Creo que Ciudad del Este es otro mundo en este aspecto.

Paso ahora a comentaros, por encima, la tarde de ayer. Nos dirigimos a una villa en la localidad de Limpio, lugar en el que entras sin darte cuenta de que estás saliendo de Asunción. Lo llaman villa pero no es el concepto que ya conocéis de villa de Argentina. es mucho más amplio el trazado de sus calles. No hay tanta marginación, aunque seguramente mucha más pobreza. Quizás no sea tan impresionante en imágenes pero se observa claramente la pobreza. Perdonar la calidad de éstas imágenes pero no tuve mucha suerte con la máquina.



En este colegio que visitamos estudian niños del barrio de entre dos años y catorce. No está nada mal. Tiene unos medios muy ajustados pero hacen lo que pueden. Los niños son muy graciosos. Os enseño una muestra de ello.

Lo triste de todo esto, y relacionado con lo que dije antes es que al salir del cole te veías a un montón de gente, en un día de trabajo, sentados en la puerta de sus casas, en corrillos, tomando tereré (mate pero frio, típico del Paraguay) y charlando. La llevamos clara. Así poco van a conseguir. desmotivación y vagancia absoluta.
Pasamos ya al último bloque, el del día de hoy. Último día por cierto, en asunción porque mañana salimos para Katueté de nuevo. El final de mis días aquí se acerca y mi viaje toca a su fin. ya empiezo a sentirlo y mezclo sentimientos de alegría por volver y pena porque esto se acaba. por cierto, anuncio para navegantes: mi cabeza está maquinando y preparando el viaje del año que viene. Lo siento, mama. Pariste a un hijo con el culito inquieto. Sé que no te hará mucha gracia pero sabes que esto es importante para mi.
Elena y yo dedicamos el día libre que teníamos antes de volver al trabajo en Katueté a conocer lo que nos faltaba del centro de Asunción, ver danzas típicas paraguayas e irnos toda la tarde a la localidad de Areguá. Precioso pueblecillo dedicado casi en su totalidad a la artesania y al lago que se encuentra a sus pies. El lugar es precioso. Por si tenéis dudas el de la derecha de la foto soy yo.


Os muestro también algunas fotos del lago, por donde nos pegamos una vuelta en barca. En esas que veis al fondo de la imagen. Es un lago muy extenso con una extensión de 9 por 13 kilómetros. Nada mal.


Aprovechamos para coger más sol todavía, pegarnos unas empanadas, muy típicas en Argentina y Paraguay, a la orilla del lago en un embarcadero y disfrutar de bellas vistas. La verdad es que se agradecen estas estampas después de haber visto tantas cosas feas en el camino.

La siguiente entrada del blog la realizaré ya desde Katueté y espero contaros algo más sobre aquel precioso lugar. Tengo muchas ganas de volver porque realmente me cautivó. es un sitio donde uno puede hacer una cura de strees y volver con las pilas puestas. Ya os mostraré más fotillos. Un saludo a todos, familia.

PD: El hecho de que esté por estos lares no significa que no esté enterado de la actualidad del mejor equipo andaluz de todos los tiempos, aunque les pese a algunos. Mi padre e internet me tienen bien informado. Tengo mono de fútbol y me da que este año el Sevilla se sale. Lo siento por los béticos, aunque les deseo que se solucione lo de Lopera y se vaya ya a su casa. Viva el Sevilla FC. (siento este arranque de furor futbolístico pero es que ahora mismo me hierve la sangre rojiblanca). "Ahí queó".

viernes, 8 de agosto de 2008

Willy Fogg

Pues si Willy Fogg. En las últimas cuatro noches he dormido en cuatro lugares diferentes. Las siguiente líneas pretenden ser un pequeño recorrido por las últimas horas. Como sabéis hace tres noches dormí en Resistencia, hace dos en el autobús que me llevaba a Paraguay, y ahí me quedé. Continuaré desde ahí.
Una vez que conocí en profundidad Caacupé (hay que tener en cuenta que es pequeñita), me dirigí a la salida del pueblo por donde pasaba un omnibus que me llevaba a Katueté, previo paso por la Ciudad del Este. Contacté con un señor que se dedicaba a informar del paso de los autobuses y me comentó que faltaba una media hora para que pasara uno. El precio era de 60000 guaraníes (unos 12 euros). La distancia hasta el destino era de unos 700 kilómetros. No estaba mal el precio (en principio). Mi sorpresa llegó cuando me subí al bus. En ese momento empecé a conocer con más profundidad el tema del transporte en algunos países de Sudamérica.
El bus estaba lleno. Yo pensaba que al comprar mi pasaje, como en España y otros muchos países, te da derecho a un asiento. Gran error. Rápidamente vi que eramos cuatro de pie, así que ni siquiera pregunté y me limité a observar durante unos minutos.
Posteriormente le pregunté a una chavala que estaba como yo y me comentó que mientras no hubiera asiento libre teníamos que seguir así. Me llevé dos horas, del total de siete que duró el viaje, de pie. No estaba mal teniendo en cuanta la nochecita que llevaba en el cuerpo. En algunos momentos incluso eché una sistecilla a duerme velas.
Afortunadamente tras ese tiempo, y coincidiendo con una localidad importante bajaron unos pocos y me pude sentar para mi regocijo (y de mi rodilla).
Durante el viaje muchísimas anécdotas, no paran de subir personas que te ofrecen chipa y otros productos para poder comer. Y eso hice yo en un par de ocasiones.
Otra de las anécdotas a resaltar es que a la llegada a Ciudad del Este pude comprobar el grado de corrupción cuando el bus paró en el arcen de una carretera y por el lateral comenzó a subir, una camioneta que paró junto a nosotros, cantidad de fardos de algo pero que era ilegal seguro porque lo hicieron a gran velocidad, por una ventanilla trasera. Los pocos que por ese momento estábamos subidos mirábamos extrañados. Evidentemente nadie dijo nada. Pero ilegal era seguro, no había que ser muy tonto para darse cuenta.
Bueno,pues después de siete horas desde Caacupé llegué, medio muerto de cansancio, a Katueté. Allí me esperaban una hermana teresiana y Elena, nuestra voluntaria allí que pasará seis semanas viviendo con una familia local.
La verdad es que llegué de noche por lo que no pude hacerme una idea de lo que era aquello. Lo único que pude ver es una impresionante tormenta con un aparato eléctrico espectacular. Ya empecé a darme cuenta de lo que es el clima subtropical. Aparecen tormentas de la nada y descargan con una fuerza increíble. El sonido de sus truenos era impresionante. Temblaba el suelo. ¡Qué guay, la naturaleza dejando claro que es ella la que manda en el fondo!



Os voy enseñando fotos del lugar empezando por la pieza donde estoy durmiendo. Concretamente es una pequeña cabañita situada junto a la casa de las teresianas. La verdad es que después de los sitios donde he dormido me parece el paraíso, y lo es. El señor que aparece es el que hace el mantenimiento del colegio. Vive, junto con su familia, en la casa donde duerme Elena.
Katueté es un lugar bellísimo, así como todo el Paraguay. Vaya país bonito. Me encanta, quitando las ciudades claro. Tiene unos paisajes increíbles. De película. El recorrido en autobús me permitió ver bastante territorio de un país pobre pobre. Llevo poco tiempo en el país pero ya te vas dando cuanta de cómo vive la gente y de las necesidades que sufren.

Me cuentan que le tienen mucho miedo a los granizos que caen por aquí, que en estos días parece que son frecuentes, porque rompe y daña los tejados de sus casas que son de chapa. Y verdaderamente hace unos agujeros increíbles.
Como veis en esta foto las construcciones son sencillas, siempre y cuando sean paraguayos, porque al estar este lugar muy cerca de la frontera con el Brasil son muchos los brasileros que se vienen a vivir y montar negocios aquí y se construyen casas mucho mejores. Alternan, por tanto, ambos tipos de construcciones.

Vemos también el color tan rojizo de la tierra. Paraguay es muy famosa por la tierra roja. Es un color precioso que en contraste con el verde crea estampas muy bellas. Se observan los grandes charcos que formó la tormenta de la noche.

Los paisajes son muy bonitos y variados. Podemos encontrar gran variedad de árboles frutales, así como palmeras. La verdad es que en muchos momentos me parece como si estuviera andando por películas americanas sobre la guerra del Vietnam. Los paisajes son calcados.

La sorpresa del día fue cuando a raíz de la visita de la provincial a Katueté surgió la posibilidad de volvernos con ella a Asunción y pasar allí hasta el domingo, conociendo la ciudad y algunos otros lugares como una villa, por ejemplo. Evidentemente tanto Elena como yo aprovechamos la ocasión y aquí estamos. El viaje ha estado muy bien. Nos ha cogido otra tormenta impresionante con un granizo bastante gordo, pero por lo demás han sido cuatro horas de charla y mate.


Os escribo desde Asunción, lugar donde en breve dormiré y completaré el ciclo de cuatro noches en cuatro lugares diferentes. Estaremos aquí hasta el domingo, día en el que volveremos a Katueté y allí estaré hasta el jueves. Ese día saldremos, Elena y yo, para Iguazú donde podré agarrar, previa visita a las cataratas, un omnibus que me llevará de vuelta a Buenos Aires, principio y final de mi viaje.
Las cataratas están a apenas dos horas de Katueté en coche, por lo que la visita es obligada.
Os muestro, por último, una foto de una construcción típica de esta zona del Paraguay (y del resto).

PD: Lourdes intentaré contestar a tus preguntas en otra entrada. Lo intentaré, porque hay muchas, pero buenas.
Saludos familia.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Caacupé

No tenía pensado escribir tan pronto pero teniendo en cuenta los acontecimientos tengo el suficiente tiempo para sentarme en un ciber de Caacupé y contaros unas cosillas.

Antes de nada deciros que ayer me despedí de Resistencia. Ayer por la noche celebramos en el hogar de chicas el cumpleaños de Sergio, uno de los tres voluntarios que están este mes allá. Me vino muy bien porque me pude despedir de todos ya que Sergio invitó a todos los chicos de los dos hogares, así como a los cuidadores.

Para la ocasión me ofrecí a cocinar unos espaguettis carbonara. Al principio no lo pensé mucho pero a medida que pasaba el tiempo iba pensando que nunca había cocinado para 40 personas y que no sabía si el tema de las cantidades iba a hacer que estropeara todo. Finalmente todo salió perfectamente y parece ser que les gustó. Os muestro un par de fotos del evento, una de ellas con los tres voluntarios, Sergio, Marta y Sagrario, de izquierda a derecha.

Pasamos una noche muy buena y en ella pude despedirme de todos los chicos. Han sido éstos unos días muy buenos, en los que he vivido cosas nuevas y en las que he aprendido mucho. Uno de los puntos negativos de mi viaje es que no paro de despedirme, y algunas veces cuesta.

A eso de las 11 y cuarto de la noche tuve que despedirme y con un remis (taxi ilegal más barato que los oficiales) dirigirme a la terminal de omnibus para coger mi bus que me ha traido a Paraguay.
A las 4:30 de la mañana nos bajaron del autobus para pasar por aduana en Paraguay. Todo bien. Parece ser que estoy limpio también en Paraguay porque pude entrar sin problemas. A eso de las 5 de la mañana, ya hora paraguaya (tienen una menos que en Argentina), llegué a Asunción. Afortunadamente todo fue bien por allí ya que nada más llegar pude cambiar plata (dinero) en la terminal y conseguir los guaraníes (moneda paraguaya) necesarios para la semanita que pasaré por acá. En cuanto cambié me dirigí a la plataforma inferior y agarré un colectivo sencillamente bochornoso que tras una hora y media de viaje me dejó donde me encuentro en este momento, Caacupé. Nunca viajé en un colectivo tan viajo, que se desmontaba y temblaba muchísimo, que iba a más de cien por las calles de Asunción, y que cuando cogía un bache (había a miles) nos hacía pegar un bote de la leche. Rozaba el techo con el tupe.



Os comento por qué decidí pasarme por aquí. En principio nada se me ha perdido a mi en Caacupé pero hay que tener en cuenta que la parroquia de la villa donde he hecho el voluntariado estos dos años es la parroquia de Caacupé. La villa 21 es una villa de paraguayos. Cuando el padre Pepe llegó allí hace diez años aquello era una tierra de nadie. El barrio era un lugar muy peligroso y poco cohesionado. Tuvo la idea de llamar a la parroquia con el nombre de Caacupé, en honor a la patrona de los paraguayos. Así pues, cogió un autobus, lo llenó de villeros y se vino acá a por una imagen de la virgen bendecida. A partir de ahí se limitó a estructurar y cohesionar el barrio y ahí están los resultados obtenidos.

Son muchas las veces que los paraguayos con los que hablé en la villa me hablaban de este lugar y les emocionaba mucho. De esta forma decidí que, ya que estaba a poca distancia de Asunción me pasaría unas horas aunque fuera. Y aquí estoy.
He llegado aquí tempranísimo, a las 6 y media de la mañana. Así que ya me he recorrido todo el pueblo, he visitado la basílica (fotos que veis) y he desayunado. El siguiente paso es buscar el autobus que me lleve a Ciudad del Este. En esa ruta está Katueté. Me quedan unas seis horas de viaje. Ya os contaré a mi llegada.

lunes, 4 de agosto de 2008

En Corrientes...


Son muchas las fotos que hice en Corrientes, pero me limitaré a mostraros una pequeña muestra para que os hagáis una idea. Resistencia está a la orilla del rio Paraná. Este rio es frontera natural entre las provincias de Chaco, cuya capital es Resistencia, y Corrientes, capital de la provincia del mismo nombre. Así pues si cruzas un puente de unos dos kilómetros pasas entre provincias y entras directamente en la ciudad de Corrientes. Es decir, que está muy cerquita. Se llega en media hora en colectivo (bus).


El domingo por la tarde, cuando acabamos el trabajo, pasamos la tarde allí los cuatro voluntarios. Las fotos que os muestro son todas de allá.

Corrientes es una ciudad mucho más bonita que Resistencia y se nota al caminar por sus calles. Es de un marcado estilo colonial e incluso noté más presencia indígena en sus calles. La comunidad indígena mayoritaria en esta provincia, como en Resistencia, son los tobas.




La ciudad, o por lo menos su parte monumental, no es muy grande. Se recorre fácilmente en una tarde. Tiene también una gran zona comercial en el centro, lo que le da mucha vida a la ciudad, pero eso sí antes de las 5 de la tarde no había nadie por las calles. Parecia que estaba desierta la ciudad. Los pocos que había estaban en la costanera, zona de la ciudad que da al rio, donde tienen un precioso paseo fluvial.

En las calles de Corrientes podemos encontrar muchos edificios de estilo colonial como vemos en esta segunda foto. Esto le da otro toque a la ciudad.



Tiene tres plazas principales. En la primera de ella, la de San Martín, encontramos la catedral, que es el edificio que veis en la primera foto.




En la plaza de Mayo encontramos muchos edificios donde residen instituciones del estado y de la provincia, así como un colegio. Es el caso de la tercera foto.







Os muestro, por último, hoy no tengo mucho tiempo para escribir una foto de la puesta de sol desde la costanera. Preciosa foto, y no es por que la haya hecho yo. Ciao Ciao.

Trabajando en la gloria


En los días que llevo aquí, aparte de hacer un poco de turismo (lo que se pudo), estoy acompañando a los voluntarios en las tareas que hacen diariamente. Ellos trabajan fundamentalmente con las niñas del hogar de chicas (una de ellas es la que aparece en la imagen conmigo). El trabajo es diverso. No se ciñe a apoyos escolares sino que pretende que sea más amplio y englobe el estar con ellas, acompañarlas, hacer el día a día y darles todo el cariño que uno pueda aunque esto último no cuesta nada.

En los últimos días también están bastante liados con algunos trabajillos que les están dando las monjas teresianas que viven aquí en Resistencia.

Yo intento también pasar el máximo tiempo posible en el hogar de chicos, haciendo lo mismo, compañia. Lo cierto es que me lo paso bastante bien. Hay un ambiente muy sano, me harto de mate amargo (que me encanta) y me empapo de cosas muy valiosas y que me enseñan mucho. Llevo poco tiempo y son muchas las anécdotas que se van sucediendo.

Esta foto que os muestro es de la comida del domingo al mediodía. No son muchos los niños que estaban puesto que la mitad estaban pasando el día con sus tutores legales, los cuales los sacan algún día del fin de semana y algún tiempo más en las vacaciones. Pero poco en general. Para muchos tutores esto es un marrón que les cae ya que fue el juez el que los obligó a ser los tutores legales de estos niños.
Cada uno de estos niños tiene su historia. Algunas bastante fuertes. os cuento, por ejemplo, la del niño gordito que está justo presidiendo la mesa, enfrente tuya. Este niño llegó al hogar hace muy poquito. Llevaba desde entonces viviendo en la calle. Desde que nació. Es un salvaje, cariñoso y bruto a la vez. Me encanta.
Os cuento, por último en esta entrada, que ya tengo billete para Asunción. Salgo mañana a las 00:30 de la noche. Estaré toda la noche viajando y llegaré allí a las 6:30 (5:30 hora paraguaya). En el primer bus que salga me voy para Caacupé, pequeño pueblo que quiero visitar (ya os contaré por qué), y desde allí partiré hacia Katueté. Si todo va bien llegaré allí sobre las 8 de la noche. Esperemos. Si mañana no puedo conectarme, mi próximo post será desde Paraguay.

viernes, 1 de agosto de 2008

Hogar de chicos en Resistencia

Os comento en esta entrada sobre el lugar donde estoy durmiendo en esta etapa de nuestro viaje. Los tres voluntarios que tenemos aquí están durmiendo en el hogar de chicas, donde había una pequeña pieza (habitación) donde los tres cabían. No es normal que un varón duerma en un hogar de chicas, y más teniendo uno de chicos pero el voluntaio lo solicitó y no le pusieron problemas. Cuando yo he llegado no cabía allí y tampoco querían que otro hombe se quedará por lo que nos ofrecieron irnos ambos al de chicos. Yo me instalé allí pero el otro voluntarioo presionó para no tener que recoger todas sus cosas y pasarse a otro lugar, teniendo en cuenta que yo sólo voy a estar unos días. No hubo problema, por lo que me fui.



Os enseño algunas fotos del hogar de chicos. Primero de la pieza donde duermo junto a otros cinco chavales de entre 8 y 11 años aproximadamente. Tengo que deciros que la sensación de dormir en uno de estos hogares es increible. Nunca sentí nada parecido.

Estos chicos, unos doce ahora mismo en el hogar, se encuentran aquí por orden judicial. Cada uno por una problemática diferente, pero la mayoría relacionada con problemas de los padres. Algunos porque sus padres se murieron y están solos. Otros porque su padre es borracho y la madre está muerta. Otros por abusos sexuales,... Lo cierto es que no tienen historias muy lindas que digamos. Pero son niños que se les ve que necesitan y reclaman mucho cariño. Desde que los conocí no paran de decime que no me vaya, que esté con ellos, y se te abrazan rápido. Me llama mucho la atención que te cuentan su historia relativamente fácil, incluso los mayores (hay algunos de hasta 18 años).



Como decía antes las sensaciones a la hora de dormir son muy extrañas, nuevas para mi. Tiene que ser duro para ellos. La verdad es que no tengo ni puta idea de cómo se tienen que sentir. Ayer tardé casi dos horas en dormirme. Uno de ellos hablaba solo en sueños. Y yo no paraba de darle vueltas a la cabeza. Me sentí mal por un lado y po otro lado afortunado de poder vivir y sentir mínimamente lo que viven estos chavales todos los días. No sé si entendereis lo que digo de afortunado pero dándole vueltas a la cabeza sientes demasiadas cosas. Lo que tengo claro es que cada día, y a pesar del cansancio que ya empiezo a notar y de las molestias de la rodilla, no me arrepiento para nada de estar aquí.



Como veis las duchas no son muy agradables, se te quitan las ganas de ducharte pero uno ya ha visto tantas así que se acostumbra. No se aprecia tanto en la foto pero mierda tienen para parar tres trenes.


Esta mañana al poco de levantarme me di cuenta de que hay un gimnasio junto al hogar. Así que hablé con el dueño y pagando por día 60 céntimos de los nuestros, podré usarlo para hacer mis ejercicios de rodilla. Son pocos días pero espero que me vengan bien. Seguro.


Por último os muestro la foto del almacén del hogar donde tengo mis cosas. Es el único lugar en el hogar que tiene llave. Si dejara mis cosas junto a mi cama me volvía a España nadando. Son niños que han vivido mucho tiempo en la calle antes de que los llevaran al hogar y algunas cosas se aprenden poco a poco. Si les ponen el caramelo en la boca lo cogen, anda que si lo cogen.
No puedo tener mi ropa fuera, pero por lo menos es seguro. Es gracioso cuando me pongo a cambiarme.
Por cierto, ayer no pude ir a Corrientes, po lo que ya en el fin de semana sacaré un tiempillo. Hasta pronto, familia.