martes, 28 de julio de 2009

Historia de una promesa...cumplida

Nos quedamos el último día justo antes de viajar a Resistencia (Argentina). Ese bus, como os comenté, salía a las 6 de la mañana. La verdad es que no sé ni como pude cogerlo porque resulta que trece minutos antes todavía estaba en la parada del colectivo que me llevara a la terminal. Y eso que llevaba allí desde las 5 de la mañana. No pasó ninguno de los colectivos que paraban allí y que me podían llevar a la terminal. Además ese viaje dura aproximadamente una media hora en colectivo por lo que ya daba el bus por perdido. A eso de las 5:30 ya me había planteado la posibilidad de agarrar un taxi, pero no pasaban tampoco. Un verdadero chasco.
El milagro acaeció cuando ya me volvía al lugar donde dormí, y a esto que aparece un taxi, con la luz apagada y es él el que me hace luces (al verme con las mochilas). Le pregunté cuánto tiempo tardaba en llevarme a la terminal y me dice que unos 20 minutos. Le dije que gracias pero no, porque en un poco más de diez minutos se iba mi bus. Me dijo que me subiera que él creía que quizá era posible, y sino salir al paso del bus ya en la calle.
La verdad es que fue de película, menos mal que eran casi las 6 de la mañana y no había mucho tráfico, porque el tío voló, se saltó semáforos, casi nos la pegamos con un colectivo que se cruzó. La leche, pero me lo pasé bien. Como lo daba todo por perdido me parecía como un último intento a la desesperada y casi un juego, una locura.
Lo cierto, es que llegué a las 6 en punto al bus. No me lo creía. Trece minutos antes estaba volviendo a casa pensando que me tenía que quedar ocho horas más a esperar el próximo y se me fastidiaba lo que quería hacer en Resistencia.

El título de esta entrada va referido a lo que fui a hacer allá. En principio, no tenía por qué haber ido a Resistencia para pasar a Uruguay. Podía haber viajado directamente desde Asunción en un bus internacional. Pero las promesas hay que cumplirlas y cuando se da la palabra hay que cumplir con lo dicho.
En una de las entradas del año pasado, en la de Resistencia (podéis buscarla) hablé de dónde dormí durante la semana que allí estuve y qué trabajo hice e hicieron los voluntarios durante el tiempo que estuvimos. Pues nada, allá en Resistencia trabajamos y vivimos en un hogar de chicos y chicas que son enviados allí por un juez, ya sea por abusos sexuales de sus padres, o por abandono, o por vivir en la calle,... Las historias son todas fuertes. Pues nada, en el tiempo que estuve allá y viviendo con ellos/as la relación se hizo muy estrecha, hasta el punto que el último día, ése en el que preparé los carbonara para 40, pues le pedí a una de las chicas que me acompañara para comprar todos los ingredientes, porque no sabía donde hacerlo a un buen precio. Esta chica que me acompañó es de las mayores, se llama Nélida y tiene 16 años. Con ella tenía confianza y me contó toda la historia de su familia.
Al parecer no conoce a la madre, aunque desde hace unos meses sabe que está en Bs As con cuatro hermanos más, todos más chicos. Su padre estuvo en la cárcel, y desde que salió no quiere saber nada de ella. Ella lleva en el hogar desde que nació.
En el camino a la compra me insistía en que no me fuera (año pasado), que me quedara unos días más. Yo le decía que no podía porque tenía que viajar al Paraguay, que me estaban esperando, aunque la verdad es que me hubiera encantado quedarme. Fue una gran experiencia. Hablando con ella se me ocurrió decirle que no se preocupara que algún día volvería, y me contestó algo que me dejó planchado y a lo que le di muchas vueltas. Me dijo que estaba cansada de que algunos voluntarios que habían ido allá otras veces le dijera eso y ninguno había vuelto a visitarlas ni siquiera. Que ella no confiaba en la gente (y lo cierto es que es muy gruñona al principio (primeros tres días era incluso desagradable), pero vi como un reto acercarme a ella) y que sabía que no volvería.
A parte de otras cosas Nélida es muy tímida para todo lo que sea, por ejemplo, leer o hablar en público. Así que estaba tan pasmado que le dije que no pusiera en duda si volvería o no. Que este año veríamos, si yo aparecía ella leería algo para todas las chicas del hogar, y si no venía podía pensar lo que quisiera de mí y de toda la gente que la deja tirada.
Así que me obligué este año, a que mi ruta pasara, al menos por unas horas por Resistencia. Y así fue. Me bajé del bus y me fui directo al hogar. Lo cierto es que iba nervioso, porque tampoco sabía lo que me iba a encontrar. Y lo que encontré fue muy chulo. Todas, incluso la cuidadora pensaba que qué hacía allí, que no sabían que yo iba a pasar por allí. Sólo estuve unas siete horas, pero lo suficiente para comprobar que se acordaban mucho de mí, me preguntaban por mi rodilla, por las clases de este año, joder se acordaban de cosas que les dije el año pasado que ni yo me acordaba. Muy guay!!! La pena es que fue poco tiempo. Pero la promesa se cumplió.


Os subo una foto de ella, aunque no quería salir en la foto, yo quería una con ella de recuerdo, pero no le gusta salir en ellas. Qué se le va a hacer!!!!


Por otro lado os informo que estoy en Colón, pueblo de la provincia de Entre Ríos, en Argentina. Este pueblo es fronterizo con Uruguay, y estoy esperando a que salga mi bus para Paysandú (Uruguay), al otro lado del río que aparece en las fotos. El pueblo es bonito, por el centro, aunque la mayoría de sus calles son de tierra. Polvo para el verano. La Costanera, costa del río, es muy bonita, y desde allí se puede ver, al otro lado, ya el Uruguay. Creo que en verano es un lugar turístico, aunque ahora es muy tranquilo, cosa que yo agradezco.

Llevo toda la noche viajando y durmiendo, y cuando llegue a Paysandú espero coger otro bus que me lleve directo a Dolores, próximo destino, y desde donde espero ponerme en contacto de nuevo con vosotros.

Besos y abrazos.

PD: Ozú con los anónimos.
PD: hermanito, puedes seguir calculando distancias y añadirlas a las ya existentes:
Asunción- Curuaguaty-Katueté
Katueté.Ciuadad del Este-Asunción
Asunción- Resistencia
Resistencia-Concordia-Colón
Colón-Paysandú
Muchas gracias, tío.