lunes, 20 de julio de 2009

Crónica de una agonía

La mía con este dichoso viaje. Quizá no sea el mejor momento para escribir, puesto que estoy en plena crisis de cansancio y ansiedad por llegar.
Lo único cierto en estos momentos es que me encuentro en la terminal de autobuses de Asunción. Mi viaje desde Santa Cruz de la Sierra se retrasó (algo que ya no me extraña nada por estos parajes) en unas cuatro horas. Comienza la crónica de los hechos ocurridos en las últimas 24 horas, tiempo que ha tardado este bus en traerme hasta aquí, convirtiéndose en el record absoluto de permanencia en un bus.
Ayer a eso de las 7.30 salió el bus de la estación de Santa Cruz. Ya era de noche por lo que en las primeras doce horas de viaje no se podía ver nada de paisaje, así que el objetivo era dormir lo máximo posible y dejar que fueran pasando las horas. Como podréis comprender, en las cascarrias de autobuses en los que viajo no se puede pretender que funcione la luz individual, para por lo menos leer un poquito. El tema de que pongan una película también es algo de ciencia-ficción, aunque alguno se dejó caer y funcionaba.
Todo fue bien hasta que a eso de las 4 de la mañana nos bajaron en mitad del chaco boliviano para pasar la frontera. El primer paso era entrar en una casetilla al aire libre que tenian los soldados del ejército que custodiaban la frontera. No os pongo ninguna foto porque no pude hacerla, tened en cuenta que era de noche y la única luz que había era la de la fogata que tenían los soldados a la puerta de la casetilla. Tras eso había que entrar en migraciones para que sellaran la salida del país. Esto estaba andando a unos 400 metros, de noche y sin verse un auténtico carajo. Tuvimos que sacar las linternas para poder andar por el camino. Y digo camino porque desde unos 150 km después de salir de Santa Cruz desapareció la carretera y lo único que había fue un camino de tierra. Algo que ya se repite en Bolivia, donde las carreteras dejan mucho que desear.
Tras hacer cola en migraciones me sellaron mi pasaporte que ya va estando completito de sellitos (para coleccionar) y subimos de nuevo al autocar. Mi sorpresa, porque no suele ser habitual, fue comprobar que la frontera de Paraguay, en ese punto, no estaba a continuación de la Boliviana. Tuvimos que recorrer casi 200 km en territorio paraguayo para encontrarnos la aduana y migraciones. Fuimos sellando y hasta ahí todo muy bien. El calvario venía después.

Del paisaje lo único que os puedo decir es que es precioso. Muy cambiado respecto a lo que traíamos del altiplano, el Chaco que es como se conoce a esta zona, que engloba el Chaco boliviano, el paraguayo y el argentino, es una extensa llanura donde encontramos semiselva, con una flora caracterizada por la maleza, los árboles de mediana altura y mucha palmera. muy impenetrable en ocasiones. De fauna lo que me hinchado de ver son tipos de águila, que no me preguntéis el nombre porque ni idea, pero todos impresionan al verlos. Son enormes.
La foto que os pongo es un ejemplo, aunque quise sacar un cactus por lo excepcional.

Una vez pasada la aduana paraguaya comenzó el calvario. Lo primero es que la carretera mejoró, ya era asfalto, aunque con unos socavones de miedo. Adjunto foto para la comprobación. Por cierto, veréis que la linea recta de la carretera duerme. Siempre igual.

Bueno, el calvario comenzó cuando casi a 20 km de salir de la aduana nos para la poli por primera vez. Querían comprobar, de nuevo porque lo hicieron en la aduana, el contenido de la bodega del bus y nuestros dni y pasaportes. Tras echar unos diez minutos proseguimos nuestro camino. Esto ha pasado, contadas, en nueve ocasiones hasta llegar a Asunción. Al parecer es muy habitual que metan droga desde Bolivia, usando estos lugares y este tipo de transporte. Es más, parecer ser que son muchas las mujeres que pasan drogas en el interior de sus cuerpos, camino de Brasil.
El rey de los controles es el que aparece en la foto. No es muy buena porque no era muy segura hacerla, incluso creo que ilegal, pero bueno, no pude refrenar las ganas de sacarla de extranjis. Sin flash evidentemente para que no se percataran. Por eso la oscuridad. Os cuento este control. Nos sacan de la carretera y nos hacen bajar del bus a todos los pasajeros. Nos dicen que bajemos con nuestros bolsos de mano y que saquemos de abajo lo que tengamos. Posteriormente, y como sale un poco en la foto, nos ponen en fila india con nuestros bolsos delante. A continuación pasan un perro especializado en anti-droga, que empieza olfatear. Os juro que me cagué de miedo. Pensé, como se pare delante del mío me "jiño" vivo. Nunca se sabe si te han metido algo cundo ya la soltaste en la bodega o yo que sé. Una vez que acabó esto, con éxito porque el perro no se paró en ninguna, ni se sentó ni nada raro, el siguiente paso era pasar por unas mesas donde tres polis iban sacando todo tu equipaje y lo iban revisando. A la vez te hacían mil preguntas de tu vida y de por qué venias a Paraguay. Yo tuve que decir que por tareas de Fundeo y me pidieron que enseñara algún material que probara eso. Menos mal que caí que llevaba una camiseta y, aunque en la bolsa de ropa sucia, la saqué y el muchacho se quedó más tranquilo.
Así fuimos pasando uno a uno, llegando a estar así casi tres horas. Esto retrasó nuestra llegada hasta las 8 de la tarde, 24 horas y media después de salir. Así entre control y control, la mayoría de no más de diez minutos seguimos disfrutando del paisaje muy pantanoso por cierto, que se me había olvidado decirlo. Espero que os guste esta foto, ya era muy tarde así que no hay mucha luz.

Para rematar la faena quiero contaros, aunque no quiero que os preocupéis, que lo de mi muela es más serio de lo que a mí me parecía. Ya alguna vez en mi vida me había molestado en alguna ocasión, pero ahora son cuatro días seguidos y el dolor es muy fastidioso, hasta el punto de que se me han quitado las ganas de comer de lo que duele al masticar. Aún así intento hacer alguna comida al día.
Creo que no voy a tener más remedio que buscarme un dentista porque esto parece que se me está infectando. Ya me duelen hasta los ganglios inferiores y alguna vez el dolor irradia hacia el oído. Típico caso de muela del juicio infectada. En katueté veré aunque no sé si es el sitio más idóneo para sacarme una muela o ir al dentista. Os aseguro que lo que haga será usando mi sentido común. Soy capaz de aguantar el dolor hasta que llegue a España, si no veo el lugar seguro. Yo lo que espero es que con un antibiótico se calme la cosa y me la saco en España. Dicen que lo de la muela del juicio es cosa de adolescentes (unos 20 años tengo entendido) así que será que para mi cuerpo estoy hecho un "ssshaval".
Si os contara como estoy os reiríais. Casi me dan ganas de llorar. Mi enlace a katueté lo perdí. Lo único bueno es que sale otro a las..... 12 de la noche. Así que pasaré unas horitas en la terminal y a esa hora me iré. El viaje son 6 horas más, así que a la misma hora de la mañana estaré llegando a Katueté. Casi tres días y medio después de salir de Cuzco. Lo mismo que de Bs As a Cuzco. Estoy "molio", necesito una ducha, y aunque a mis anónimas preferidas no les agrade, también un afeitado (Gracias chicas, mis chicas).
6000 km...ahhhhhhhhhhhhhhh (gracias hermanito, un máquina).
Os escribo de nuevo desde katueté intentaré descansar antes, ok. La parrafada de ahora ha sustituido a un buen baño de lágrimas de cansancio e impotencia que merecía la ocasión.
Gracias por vuestros ánimos y deciros una cosa, a pesar de todo lo que me quejo en el blog, no cambio nada de lo que estoy viviendo este año, alucinante. Más de una vez me encantaría tener una cámara de video delante de mis ojos y que vosotros pudierais ver las cosas que veo, y la mayoría no puedo captar con la cámara.
Besos y abrazos a todos.