Disfrutando en El Calafate (ya finalizada)

Digo disfrutar porque si uno viene hasta acá y no disfruta y se da cuenta de lo pequeño que es, es que no es humano. Es insensible.
Nos costó más de un día entero llegar a El Calafate desde Puerto Madryn. La primera escala era Rio Gallegos, a la cual llegamos tras un viaje de 20 horas. Se hizo más largo este viaje, por lo menos para mi. El contraste continuo entre frio del exterior y calor en todo aquello que esté cerrado deja huella. Y la está dejando en nosotros.
Una vez llegamos a esta ciudad nos dimos una pequeña vueltecita porque teníamos unas 4 horas antes de agarrar el siguiente micro, que nos traería a El Calafate. Rio Gallegos no tiene absolutamente nada. Una serie de calles comerciales y una costanera junto al rio que es lo más b onito. Esta ciudad es una de las más grandes de la Patagonia y si tiene más habitantes que Rota mucho es. Esperamos el tiempo preciso y salimos hacia el lugar verdaderamente importante: El Calafate.
Pensad que durante estos días que hemos viajado por la Patagonia lo hemos hecho por un paisaje de pampa, es decir, tierra totalmente llana y con clima desértico frio. Lo más alto que te encuentras es un arbusto de medio metro. Es grandioso cuando miras al horizonte y ves la línea perfectamente hecha, sin nada que modifique este paisaje, ni un montecito ni nada. Eso durante kilómetros y kilómetros, horas y horas. Todo es así casi desde Bs As hasta la parte más austral. Unos tres mil kilómetros. Y todo porque delante tiene una cosita que se llama Cordillera de los Andes y que provoca que no pasen nubes activas. POr poneros un ejemplo, en península Valdés nos dijeron que tienen una media de precipitaciones de 70 mm al año. En el mismo lugar pero en el lado chileno unos 7000 mm. Esto condiciona el paisaje, evidentemente.
Pues nada, cuando llegamos a Rio Gallegos lo que hacemos es agarrar un micro que empieza a adentranos en la cordillera, por lo que el paisaje comienza a variar y a enseñarnos unoas cosas a las que no estamos muy acostumbrados.

Llevamos acá dos días. Mañana salimos para Bs As, a la cual iremos en avión porque sino el viaje es de dos días en bus y es una paliza. Además la diferencia económica es mínima, así que no lo pensamos mucho.
Durante estos días hemos hecho dos excursiones que son sencillamente grandiosas. Se le acaban a uno los adjetivos, y sobre todo no queremos ser pedantes, pero no podéis imaginar lo que puede suponer para nosotros. Hemos visto paisajes bellísimos y fenómenos de la naturaleza sencillamente divinos.
Ayer estuvimos en el Chaltén. Agarramos desde acá un colectivo que en tres horas nos llevó hasta este pequeño pueblecito que es el punto de partida para ascender al Fitz Roy, que es una montaña mágica. Acá el tiempo es muy variable, por lo que en la caminata de unas 5 horas que hicimos nos llovió, nos nevó, nos dio el solano andino, nos hizo un vientyo brutal, todo. Pero lo más importante fue la agradable nevada que nos cayó durante muchas ocasiones sobre nuestras cabecitas. Para mi fue la segunda, pero para mi niña, la primera. Nos os podéis imaginar su cara de felicidad. Una niña. Todavía me rio al recordarla. Creo que escogio el sitio perfecto para tener su primera experiencia con la nieve. Esto es el paraiso.

Esta montaña está en un macizo dentro de la cordillara que ofrece paisajes únicos. Son montañas bajas de la cordillera. Tienen sólo unos 3000 metros, pero son más que suficientes. Os muestro un imagen para que podais haceros una idea de lo que esto.

Esta época del año, es invierno acá, hace que sea muy complicado encontrar un día con el cielo claro en el poder divisar esta inmensaidad sin problemas. Nosotros hicimos la ruta para llegar a la laguna Capri y al mirador, que es la foto que os muestro. Seguir es imposible a estas alturas del año porque hay demasiada nieve y el sendero se pierde. Para nosotros y nuestra experiencia en la montaña es más que suficiente. tenemos que deciros que la foto que os muestro la he bajado de internet porque nosotros no pudimos verlo con tanta claridad, pero lo que se veía era impresionante. Mereció la pena este primer día. Tuvo muchos atractivos sobre todo en lo personal. También en este día nos encontramos a las primeras sevillanas que vemos en nuestro viaje. Dos mujeres que viajan por todas Argentina. Así que ellas dos, un mexicano y una pareja de argentinos creamos el gran grupo latino de ascensión al Fitz Roy.

Dentro de la gran variedad de tiempos que tuvimos en tan solo horas, hay que reconocer que tuvimos suerte porque no fue nada malo y nos permitió disfrutar de gran variedad de paisajes, que al fin y al cabo es a lo que íbamos. Son montañas majestuosas. Me recuerdan mucho a las de Perú, el en Camino Inca del año pasado. Al fin y al cabo son de la misma cordillera: Los Andes. Y tienen una particularidad que a mi personalmente me puede, me fascina. Son montaña que surgen de la misma pampa. Ya lo expliqué el año pasado conlas andinas bolivianas y peruanas. Son montañas que empiezan desde el plano, la pampa. No van subiendo desde kilómteros antes, como las nuestras. Así podemos encontrar montañas que comienzan a 200 s.e.n.d.m y se elevan casi 2000 metros. Son imponentes. Los valles de las montañas que hemos visto, y veis en estas fotos, son "asín" (homenaje a mi mismo que se me escapa casi siempre).  Fijaros:

Antes os decía que para Vane fue su primera nevada. Os subo alguna foto que demuestra su infelicidad y el grado de sufrimiento que le supuso.

Subo alguna foto más del día para que os hagáís una idea...

La primera en la laguna Capri la cual está congelada. Nostros pisamos la orilla. Nos recomendaron no adentrarnos porque el hielo no era muy firme. hacía viento y éste lo deshiela.

Ese día acabó tarde para nosotros, llegamos al hostel, que por cierto, está genial y nos están tratando de maravilla, sobre las 21:30. Lo justo para meternos por el cuerpo unas pocas de empanadas y dos litros de cerveza patagónica. Lo siento estábamos borrachuzos.

Por cierto, en la foto de Vane con un bicho se descarta que no soy yo. Es un guanaco, de la familia de las llamas. Acá son más pequeñitas y se crian por su carne y su lana, de gran calidad.

Al día siguiente, usease hoy, tocaba la perla. Y ésta no es otra que ir a ver el Perito Moreno. Os puedo asegrar que merece la pena el viaje sólo para verlo. Es algo imponente. Este glaciar no está en el Calafate, sino a unos 100 km, por una carretera que va bordeando el Lago Argentino (el más grande del país). Una horita y media de agradable viaje. Este lag es el mostramos en esta imagen, con la cordillera al fondo. A que está guay!!!

La anécdota irónica y desagradable es que el que escribe fue tan pelotudo que no llevaba casi dinero encima, por lo que tuvimos que pedírselo a una pareja de vascos que están en nuestro mismo hostel. Una suerte, pero una vergüenza increible. Menos mal que el día anterior les había dado mucha información sobre El Chaltén, y ya sabéis, favor por favor.

Esta foto es del primer contacto que tuvimos con el Perito, Aaaahhhhhhh!!!

El día en el Perito consiste básicamente en hacer una navegación sobre su lado norte, el más nevagable. El barco se acerca a unos 300 metros, pero lo ves inmenso. Es una pared de 60 metros de alto por 2,5 km de largo. No se acerca más porque cada poco tiempo hay desprendimientos de hielo, y puede ser muy peligroso. Parece ser que desde 1968 y 1988, cuando no había todavía seguridad, murieron 30 personas.

Me despido por falta de tiempo. Un beso a todos. Continuará...

Este post ha sido doble. Lo comenzé a escribir en el Calafate y lo acabo desde la villa. El viaje en avión fue muy bueno y rápido. La verdad es que hacer casi 3000 kilómetros en tres horas es la leche. Y más viniendo de nuestra forma de avanzar. Hemos llegado a la villa un poco tocados por el frio, y no porque haya hecho demasiado (esperábamos más), sino por el frio exterior seco y el calor de los interiores (hosteles, bares, etc...). Esto ha ido desarrollando un catarrillo interesante a ambos. Pero bueno, lo que hemos decidido por lo pronto es no salir hoy a Iguazú y descansar por lo menos hasta mañana.

Continuo con la historia de las andanzas que es lo que interesa. Por lo pronto ya puedo subir fotos así que espero que os gusten. Seguro que si.
El nombre de este Glaciar (Ahí lo llevas, hermanito) proviene de un tal F.C. Moreno, fue un geólogo que trabajó para el estado argentino en el tema de los glaciares y que posteriormente colaboró para el tema del conflicto fronterizo con Chile. Gracias a él la frontera con este país está delimitado como está. Como agradecimiento el estado lo nombró perito (un reconociminto que no tiene que ver con nuestro título universitario). Cuando murió no había conocido este glaciar pero es el más importante en tamaño y le pusieron su nombre.

Bueno, deciros que las dos cosas que más llaman la atención de este glaciar son su tamaño, es imponente y su color. Todos pensamos en el hielo como algo blanco o transparente, pero su color es azul. Un azul precioso. Te deja la boca abierta y eso que no era muy recomendable abrirla porque no llevábamos las gargantas en nuestro mejor estado.
Lo primero fue dar un paseo en barco, como comenté anteriormente. Nosotros pensábamos que no veríamos desprendimientos de hielo porque era algo que ocurría en verano. Pues no, los vimos. Y no es algo inusual. Hay casi los mismos en verano que en invierno, porque no depende de la temperatura sino de la presión que va haciendo el hielo de nueva formación sobre el viejo que hace que se rompa por su parte frontal (aunque también por dentro).

El Perito Moreno no es el único glaciar que hay en esta zona. Estamos en el Parque Natural de los Glaciares. Nosotros hemos tenido la suerte de ver, de una forma u otra, cuatro de ellos. Este es el más imponente, pero el de fuentes blancas nos dejó con la boca abierta, ayer en el Chaltén. Qué maravilla!!!

Fijaros en la foto de la izquierda. Veis un gran trozo a punto de desprenderse del glaciar. Dicen que eso esataba unido hace una semana, y llevandesde entonces esèrando a que caiga. El chocazo va a ser descomunal. No os podéis imaginar cómo suena el glaciar. Continuamente se escuchan chasquidos impresionantes y parece que se va a romper el trozo más grande de la historia. Pero no. Cae un trozito. Éste hubiera sido guay verlo. Estuvimos todo el día pendientes.
Si vimos varios importantes de bloques muy grandes, pero es casi imposible cogerlo con una foto porque el frontal del glaciar es inmenso y puede ser en cualquier sitio.

Una vez hecho el avistamiento en barco procedimos a recorrer el sendero que pasa, a diversas alturas, por delante del frontal del glaciar. Creo que hemos hecho unas 250 fotos hoy y pocas son, porque a cada paso que das quieres fotografiar lo que estás viendo. Es impresionante.

Pues nada más, familia. Creo que ya os habéis hecho una idea de esto. Y entenderis que lo mejor es ver fotos y que yo me calle la boca. Así que os regalamos unas más y hasta pronto.

Y para acabar y despedir este gran post, dos fotitos históricas. Siguen una serie y cominzan otra, esta vez con mi niña. Si sois asíduos al blog entendereis la foto, sino os animo a descubrir otras fotos como esta, de años anteriores.

Besazos a todos.

 

Ciao.