lunes, 4 de agosto de 2008

Trabajando en la gloria


En los días que llevo aquí, aparte de hacer un poco de turismo (lo que se pudo), estoy acompañando a los voluntarios en las tareas que hacen diariamente. Ellos trabajan fundamentalmente con las niñas del hogar de chicas (una de ellas es la que aparece en la imagen conmigo). El trabajo es diverso. No se ciñe a apoyos escolares sino que pretende que sea más amplio y englobe el estar con ellas, acompañarlas, hacer el día a día y darles todo el cariño que uno pueda aunque esto último no cuesta nada.

En los últimos días también están bastante liados con algunos trabajillos que les están dando las monjas teresianas que viven aquí en Resistencia.

Yo intento también pasar el máximo tiempo posible en el hogar de chicos, haciendo lo mismo, compañia. Lo cierto es que me lo paso bastante bien. Hay un ambiente muy sano, me harto de mate amargo (que me encanta) y me empapo de cosas muy valiosas y que me enseñan mucho. Llevo poco tiempo y son muchas las anécdotas que se van sucediendo.

Esta foto que os muestro es de la comida del domingo al mediodía. No son muchos los niños que estaban puesto que la mitad estaban pasando el día con sus tutores legales, los cuales los sacan algún día del fin de semana y algún tiempo más en las vacaciones. Pero poco en general. Para muchos tutores esto es un marrón que les cae ya que fue el juez el que los obligó a ser los tutores legales de estos niños.
Cada uno de estos niños tiene su historia. Algunas bastante fuertes. os cuento, por ejemplo, la del niño gordito que está justo presidiendo la mesa, enfrente tuya. Este niño llegó al hogar hace muy poquito. Llevaba desde entonces viviendo en la calle. Desde que nació. Es un salvaje, cariñoso y bruto a la vez. Me encanta.
Os cuento, por último en esta entrada, que ya tengo billete para Asunción. Salgo mañana a las 00:30 de la noche. Estaré toda la noche viajando y llegaré allí a las 6:30 (5:30 hora paraguaya). En el primer bus que salga me voy para Caacupé, pequeño pueblo que quiero visitar (ya os contaré por qué), y desde allí partiré hacia Katueté. Si todo va bien llegaré allí sobre las 8 de la noche. Esperemos. Si mañana no puedo conectarme, mi próximo post será desde Paraguay.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aquí te esperaremos, en Katueté con los brazos abiertos.

Anónimo dijo...

Dani, puede que, cuando tengas este comentario, sea tarde para lo que me gustaría, entonces me conformaré sólo con el nombre de Caacupé, saber que tú has estado allí y lo que me cuentes a tu vuelta, si quieres.
Pero ahora que lo leo en el blog no he podido evitar un fuerte pálpito que me ha emocionado y me ha hecho saltar lágrimas.
La Virgen de Caacupé tiene unas connotaciones muy, muy especiales para mí y me trae unos recuerdos únicos de un cachito de cariño que tengo en aquellas tierras paraguayas.
Desearía, si estás ante Ntra. Sra. de los Milagros de Caacupé, pudieras hacerle una pequeña oración en mi nombre. Sólo eso. Ella sabe, desde hace algún tiempo, lo que a mí me gustaría pedirle y por qué. Yo ahora, desde aquí le rezo su oración y mi anhelo sería poder algún día ir a rezársela allí. Un Ave María basta. Gracias, ángel.